Hay un arte en sentarse de tal manera que podamos sentirnos relajados, en paz y a gusto. En la tradición de Plum Village, nos gusta sentarnos solo para disfrutar sentados. No hay a dónde ir y nada que hacer. Podemos disfrutar sentados allí, seguir nuestra respiración, disfrutar de estar vivos. Nuestra vida diaria está muy ocupada, y necesitamos tiempo para detenernos, sentarnos y restaurarnos a nosotros mismos y a la calidad de nuestra presencia.
La meditación sentada no es un trabajo duro. No necesitamos luchar o luchar mientras nos sentamos. Nos permitimos estar completamente a gusto.
Es importante encontrar una posición cómoda, para que nuestro cuerpo pueda relajarse por completo. Podrías sentarte en un cojín o en una silla; con las piernas cruzadas en el loto o medio loto, o arrodillado. Podemos ajustar nuestra postura para que la espalda esté erguida pero relajada, nuestras dos rodillas tocando el suelo y nuestras manos colocadas suavemente en nuestro regazo. Permitimos que los músculos de nuestra cara se relajen, liberamos cualquier tensión alrededor de la mandíbula y la boca y relajamos suavemente nuestros hombros. Si nuestras piernas o pies se duermen o comienzan a doler mientras estamos sentados, ajustamos suavemente nuestra posición mientras seguimos nuestra respiración.
Una vez que hemos establecido una posición cómoda, suavemente comenzamos a seguir nuestra respiración y extendemos nuestra conciencia a todo nuestro cuerpo. Podemos encontrar tensión o inquietud en nuestro cuerpo. Con una inhalación podemos sonreír ante la tensión, y con una exhalación podemos liberar la tensión y calmar el cuerpo.
Establecidos firmemente en nuestro cuerpo, podemos comenzar a tomar conciencia de cómo nos sentimos. Podemos sentirnos tranquilos y ligeros, o podemos sentirnos tristes, ansiosos, enojados o incluso solos. Podemos reconocer suavemente el sentimiento y abrazarlo con nuestra respiración consciente.
A medida que respiramos conscientemente con el sentimiento, se calmará gradualmente y podremos comenzar a mirar profundamente para comprender sus raíces.
La meditación sentada puede ser muy curativa y nutritiva. Es una oportunidad para estar con lo que sea que esté presente dentro de nosotros, sin dejarse llevar. Nuestra respiración consciente es nuestro ancla, y cada vez que surgen pensamientos, simplemente los reconocemos, les sonreímos y les permitimos pasar, como nubes moviéndose a través de un cielo ventoso.
En la Escola de l’Art de Viure, practicamos meditación sentada todos los días, en la sala de meditación o informalmente en la naturaleza. La energía colectiva es muy poderosa.
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