Durante los retiros tenemos la oportunidad de practicar el silencio, reduciendo nuestro hablar hasta un noventa por ciento. Esta práctica puede ser de gran beneficio. No solamente aprendemos a controlar nuestra habla, sino que también podemos reflexionar y vernos a nosotros mismos, a la gente a nuestro alrededor y a la vida, de manera más clara. Cuando tenemos la oportunidad de estar en silencio, podemos observar en profundidad y sonreír a las flores, a la hierba, los árboles, los pájaros y a nuestros hermanos los seres humanos. Aquellos que han observado períodos de completo silencio saben de los beneficios de esta práctica. En silencio, con una sonrisa y el habla correcta, desarrollamos paz en nosotros mismos y en el mundo a nuestro alrededor.
“Vivir en un estado de silencio no significa no hablar nunca, ni participar en nada o no hacer en ninguna cosa, sino simplemente no estar agitado por dentro , ni mantener una constante cháchara interior. Si hay un verdadero silencio en ti, sea cual sea la situación en la que te encuentres, siempre disfrutarás de la deliciosa “espaciosidad” del silencio.
Hay momentos en los que creemos estar en silencio porque el mundo que nos rodea permanece en reposo, pero a no ser que calmemos la mente, estaremos siempre parloteando en nuestra cabeza. eso no es silencio autentico. La práctica del silencio consiste en aprender a encontrarlo en medio de las actividades cotidianas”.
Thich Nhat Hanh
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