Este “mapa del tesoro” como lo llamo yo, no es nada nuevo: no es más que las 4 estaciones de la naturaleza aplicadas a la vida de cada persona, a las comunidades, pueblos y culturas de la Tierra y a las especies y naturaleza, o sea a todas las dimensiones de nuestro ser, a pesar de que en esta era de individualismo predomine la consciencia solo individual.
Primera vuelta en el espiral
Sin ninguna doctrina, se trata de un camino vivencial que nos conduce a la plenitud, no como sinónimo de felicidad (momentos puntuales de bienestar profundo) sino como realización de nuestro propósito, nuestro fruto vital según los dones y vocación de cada uno (primera vuelta de la espiral).
Segunda vuelta en el espiral
Y no solo como individuos; también cada comunidad-cultura-nación de las miles que quedan todavía en la Tierra tiene sus dones únicos para aportar al mundo desde su plena libertad y entrega amorosa, si es que las fuertes permiten y ayudan a las más débiles a realizarse: las mismas 4 estaciones, ahora en la 2a vuelta de la espiral.
Tercera vuelta en el espiral
Y la 3a vuelta nos recuerda que como Humanidad repleta de diversidad, somos uno con el resto de especies de la Tierra y con el Universo y que como tal también tenemos este recorrido de soltar todo apego y liberarnos (otoño), dejar-nos fusionar con la Fuente de luz y amor universal(invierno), dejarnos inspirar y fecundar por ella (primavera) y dar nuestro fruto al mundo (verano).
Esta visión de la espiritualidad aplicada a la sociedad es transformadora porqué no es sólo un sentimiento de paz interior, sino que como nos recuerdan los maestros de las distintas culturas y tradiciones, y como nos recordaba también Thou en un retiro, conlleva compromiso en el mundo, cada cual en su forma y medida, ya que el amor es práctico, se manifiesta por sí mismo en los hechos. “El amor es un fuego que quema la paja y purifica el oro”
El proyecto que compartimos con Thou está naciendo y consiste en recopilar y poner a disposición las muchísimas herramientas para que a quien le sirva, individuo, grupo o comunidad, pueda cultivar en casa y en comunidad cada estación y cada dimensión individual, colectiva y universal. Y a la vez, ir creando una red de personas y centros que, desde su aportación, compartan y transmitan esta visión global transformadora.
De esta forma, si cada práctica en nuestra vida, cada retiro, cada descubrimiento, cada terapia, cada inspiración, cada señal en el camino, etc. lo enmarcamos en este camino global de vida hacia la plenitud, tal vez no queden como momentos y vivencias aisladas que se desvanecen sinó como piedrecitas que van dibujando el camino verdaderamente transformador para tod@s y para el mundo.
Lluís Planas
Las 4 estaciones o etapas de al camino a la plenitud:
Soltar (otoño): liberación de los miedos, apegos y dependencias al mundo material para convertirse en Sujeto libre, Tanto individual como comunitario y universal. Ascética.
Dejarse fundir (invierno): huso del Sujeto libre con el Espíritu universal (noúmeno). Conciencia universal. No dualidad. Mística.
Dejarse inspirar (primavera): Renacimiento desde la conciencia de ser o con Todos y con todo. Escucha y descubrimiento de los propios dones, Vocación, Función en la sociedad en el Servicio del Bien común como personas y como pueblo. Misión. Profecía.
Dejarse Hacer (verano): llevar a Término la propia Vocación y Misión. Dejarse obrar por el espíritu universal. El fruto vital. La Realización personal y colectiva que regala la plenitud, el convite permanente.
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